No se trata de aprender cómo comenzar a hacer Educación Sexual sino de continuar lo que hemos iniciado, y hacerlo de la mejor manera posible.
Como progenitores o como responsables de un niño, nos puede ocurrir que no nos planteemos abordar las cuestiones relacionadas con la sexualidad hasta que descubrimos que tienen comportamientos eróticos o hasta que nos sorprenden con preguntas que no sabemos cómo responder.
En otros casos los niños no preguntan, por lo que tenemos que tener iniciativa y adelantarnos en algunos de estos temas.
¿Cuál es el objetivo de la educación sexual?
El objetivo es que nuestros hijos sean felices, autónomos y libres, que sepan decidir, diciendo “sí” o “no”, con la responsabilidad adecuada a su edad. Que se quieran, que se acepten, que aprendan a respetarse y a cuidarse, y que encuentren su camino.
¿Y cómo les hablamos?
En primer lugar, es fundamental establecer un clima de confianza.
Las preguntas, deben responderse de forma clara, sencilla y sin rodeos. Existen libros que, adaptados a las diferentes edades, nos pueden ayudar a abordar este tema.
Las respuestas, además de aportar información, proporcionan a los niños la seguridad de que pueden seguir preguntando y que les vamos a seguir respondiendo.
Nuestro papel no es solo transmitirles información sino algo más difícil y más importante: mantener abierta la puerta del diálogo, escuchando sus opiniones sin acosar con interrogatorios. No hay que dictaminar sobre su sexualidad sino ayudarles a decidir por sí mismos.
Por mi formación y experiencia te puedo ayudar a resolver aquellas dudas que te puedan surgir con respecto a la educación sexual de tus hijos así como a otros aspectos referentes de su educación en general.
Si
quieres más información llámame y resolveré tus dudas.